Y con sus altas tasas de cesáreas (aún más), inducciones “fallidas” y aumento en el nivel de intervenciones innecesarias para acelerar (aún más) los tiempos de los nacimientos y acomodar las agendas, nadie quiere estar el 24 de diciembre o el 31 sin saber si va a poder celebrar o no con su familia… Llega diciembre con su alegría y se llenan (aún más) las neos con bebés con dificultades producto de partos muy intervenidos y cesáreas innecesarias. Y de bebés prematurxs sacadxs antes de tiempo por razones tan absurdas como vueltas de cordón, bebé grande, semana 38 y sin indicios de trabajo de parto, mujer muy chica o muy grande, “para que vas a pasar por el dolor del parto si total con un tajito estamos todxs felices y tranquilxs” y todo el repertorio que a estas alturas ya conocemos bien, todo por un feriado, unas vacaciones, una cena de fin de año. Llega diciembre y todxs tienen más prisa de la habitual y más compromisos que demandan su valioso tiempo, por lo que esperar un
Parirás con dolor reza la maldición bíblica. Parirás atada, drogada, anestesiada, manoseada, violentada, parirás sufriendo es la realidad que día a día impone el modelo hegemónico de atención perinatal y eso no es medicina, ni es ciencia, es cultura, se llama patriarcado.