Estoy convencida de que el actual modelo de atención perinatal no es una expresión médica ni científica, sino que, por el contrario se trata de un asunto cultural y político. Esto significa que la realidad hegemónica en las salas de parto, no se debe a que falten avances médicos que hagan de estos procesos un evento más “amable”, ni que falte evidencia científica que demuestre que el actual modelo de atención intervencionista y ejecutor de violencia obstétrica es nocivo para la mujer, su hijx y su familia. Sino que sus bases se asientan en las creencias y paradigmas culturales que nos rigen y tiene un fuerte significado político, en tanto y en cuanto reproduce mecanismos de control sobre las mujeres y sus hijxs y evidencian como socialmente aún se pone sistemáticamente en duda la capacidad de las mujeres de ejercer nuestra autonomía y soberanía. El mensaje subyacente de la atención perinatal hegemónica es que las mujeres seguimos siendo objetos y no sujetas de derechos y por ende
Parirás con dolor reza la maldición bíblica. Parirás atada, drogada, anestesiada, manoseada, violentada, parirás sufriendo es la realidad que día a día impone el modelo hegemónico de atención perinatal y eso no es medicina, ni es ciencia, es cultura, se llama patriarcado.